Manzanillo

No sabes si es real o estás soñando. El clima, la energía del lugar y la gente. Te invita a relajar y soltar lo que no necesitamos. Hace que sea posible poner en pausa nuestra rutina, frenar y así poder apreciar lo que está a nuestro alrededor. Desconectar para conectar. Los atardeceres eran mi parte favorita del día, con largas caminatas por el borde de la playa, compartir un mate, ver a los surfistas, una clase de yoga y meditar. Pero el cielo, wow ese cielo. Nunca en mi vida había visto atardeceres con esos colores. El cielo queda cubierto por violetas, fucsia, rojos y amarillos. Cuando había un par de nubes era mucho mejor, igual que el prisma de Newton, atravesaba el color por la nube y se desplegaba un abanico de tonalidades y matices. Esta serie anhela revivir la magia que sentí en ese lugar a través de los colores y texturas. Pura vida.